Durante las fiestas navideñas, posadas y Año Nuevo, el champagne es el vino ideal. Cuando se descorcha una botella, el oído capta las primeras impresiones de alegría al producirse ese sonido, bien identificado, que produce la presión del gas que ha sido liberado. Cuando se sirve el vino, puede uno apreciar la espuma y, después, el desprendimiento de las burbujas que caracterizan al champagne; salen del fondo de la copa, a veces de un solo punto, y ascienden con deseos de llevar felicidad al dueño de la copa. Entre más fino sea el champagne, más fina y duradera será la burbuja.
¿Qué otras cosas vamos a buscar en el champagne?
El bouquet fresco, distintivo y con olor a levadura, a veces tiene matices ligeramente ahumados debidos a la cepa Pinot Noir. El aroma de la Chardonnay y la Pinot Meuniere, o quizá una mezcla de la fragancia de las tres uvas, nos recuerda al olor de una tostada o una galleta. El sabor debe ser austero pero fresco, seco y avellanado. De mucha importancia es la persistencia del sabor, que refuerza la fragilidad de la primera impresión, sobre todo en los champagnes más finos, y un bouquet que asciende después de que el vino ha sido deglutido.
Considero que hay 5 excelentes champagnes que vale la pena probar:
Nicolas Feuillat Palmes d’Or
Ruinart Brut Blanc de Blancs
Laurent Perrier Grand Siecle
Möet et Chandon Dom Perignon
Louis Roederer Cristal
¿Es el champagne el único vino espumoso del mundo?
No. En cada lugar donde se hace vino generalmente también se hace un vino espumoso. Muchos países lo producen. España, uno de los mayores productores de este tipo de vino, lo llama Cava. En la población catalana de San Sadurní de Noya es en donde se hacen los cavas de mayor prestigio. De hecho, la casa Codorniu es la mayor productora de vino espumoso en el mundo. Los alemanes producen este tipo de vino que es muy popular y se consume en todas las cafeterías de Alemania y Austria. Lo llaman Sekt. Los italianos tienen vino espumoso, muy frecuentemente dulce, que es muy del gusto de las damas: lo nombran Spumante. En México también se produce buen vino espumoso con el método champenoise, como el Sala Vive, pero su consumo es reducido. Aún en Francia se producen muchos vinos espumosos que no se pueden llamar “champagne” por no estar dentro de los límites de la “appellation contrôlée”.
De cualquier manera, el champagne ha sido considerado siempre como un vino de sabor definido, el patrón contra el que cualquier otro vino espumoso es medido. El estilo varía en cada casa, pero lo que siempre se busca es una mezcla armoniosa en donde ningún componente domine sobre los otros; es complejo en sabor, con mayor acidez que cualquier otro vino pero bien balanceado entre ácido y azúcar. Esta acidez es lo que confiere el frescor único y la sencilla elegancia del champagne. Es muy difícil tratar de establecer niveles de calidad en el champagne, excepto por los gustos individuales de cada quién. A mi personalmente me encanta el Ruinart Brut Blanc de Blancs.
En contraste con la región de Burdeos, las bodegas productoras de champagne no cultivan sus propios viñedos, sino que compran la producción de uva a diversos viticultores. Los viñedos están clasificados de acuerdo a la calidad de las uvas que producen y ello se va a reflejar en el precio del vino.
La región de la champagne es la parte más al norte de las grandes regiones vinícolas de Francia y el promedio de su temperatura anual es de 11 grados centígrados, sólo un grado arriba del mínimo necesario para que madure el fruto. Hay tres zonas distintas que componen la región:
La Montaña Reims, está plantada con la cepa Pinot Noir, cuyas uvas negras se vinifican como si fueran blancas, con un prensado rápido para que el vino sea blanco. Estos vinos contribuyen al bouquet, a la robustez y a lo que los franceses llaman el andamiaje de la mezcla.
La zona baja, la del Valle del Marne, cuenta con vertientes orientadas al sur y al sudeste, que captan más horas-sol y producen vinos con más cuerpo, mayor madurez y pletóricos en aroma. Aquí también se cultivan uvas tintas, en donde la uva Pinot Noir se une a la Pinot Meunier. En la aldea de Bouzy se elabora una pequeña cantidad de vino tinto, muy apreciado en la región y con las características de un borgoña menor, que forma parte del cuvée de los vinos rosados.
La vertiente orientada al este y situada al sur de Epernay constituye la Côte de Blancs, plantada con cepa Chardonnay, la cual confiere al vino frescor y finura.
Las principales poblaciones de la región son: Reims, ciudad en donde tradicionalmente se coronaron los reyes de Francia. En este lugar domina la hermosa catedral de Notre Dame, una de las más bellas catedrales góticas del mundo, que data de los siglos XIII y XIV. Las otras ciudades principales son Epernay y Ay. Se calcula que en conjunto estos lugares tienen alrededor de 250 km. de túneles en donde se elabora y almacena el champagne.