De todos los jereces que probamos, los que se distinguieron por su gran calidad fueron:
Fino Pavón
Un fino de muy poco color, limpio y brillante, con un aroma etéreo y sabor fino y delicado, con una suavidad y frescura excepcional.
Fino viejo “Tres Palmas” de Gonzalez Byass
Realmente un amontillado, de color dorado y con un aroma avellanado.
En boca se percibió la edad y la casta del vino. Excelente.
“Dos Cortados”, un Palo Cortado de 20 años de Williams&Humbert
Un jerez oloroso, envejecido en la solera por 20 años, lo que le otorgó un precioso color ambarino y un potente aroma de nuez. Extraordinario en boca por su finura y delicadeza, con sabores a higo seco y tostados. Un vino de colección….!!
El jerez, ese gran desconocido en la mesa del aficionado al vino. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no se habla del jerez, cuando este vino es delicioso?
El jerez es el vino de las abuelitas, dicen muchos jóvenes y sí, era costumbre que en el pasado se recibieran a las visitas con una pequeña copa de jerez dulce.
Hay que saber que –además del jerez dulce- existen muchos otros jereces. Los hay ligeros y de mayor cuerpo, de diferentes colores, desde el color paja hasta el que es oscuro y parece tintura de yodo. Los hay totalmente secos y sin pizca de azúcar, los que tienen poco dulzor, los llamados cream, muy dulces, y los que tienen un alto contenido de azúcar, tanto que solamente se puede tomar una pequeña cantidad. Algunos son frescos y sirven como aperitivos, otros pueden acompañar cierto tipo de alimentos y otros más se toman solos o con el postre. Hay de todo….
Esta semana tuve una cata de jereces en la que probamos estupendos vinos. Los que me gustaron más fueron vinos que son difíciles de conseguir, incluso en España, que habitualmente pertenecen a viñedos especiales o a bodegas que hacen sus vinos artesanalmente, con una muy pequeña producción. Eso si, todos están hechos con la uva Palomino y con el sistema de solera.
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