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italian wine

“Todo se presta en Italia para tomar vino: la belleza del paisaje, el clima templado, la simpática alegría de sus pobladores”

 

Italia es uno de los dos países en donde se produce más vino y en donde se toma más vino; el otro es Francia. Los italianos toman vino naturalmente, es decir, sin planearlo. Toman el vino sólo o con las comidas. Están acostumbrados a esta bebida y la toman todos los días; se le considera como parte de la alimentación y no como bebida alcohólica. Esta costumbre se originó desde que los griegos poblaron el sur de la península y los etruscos la parte norte, la que bautizaron con el nombre de Enotria (país del vino).

 

El culto del dios griego del vino, Dyonisos, pasó a Italia y sólo cambió el nombre del dios, que se llamó Baco. Las grandes festividades para honrar a Baco, las bacanales, fueron muy populares entre hombres y mujeres y llegaron al abuso del vino y la promiscuidad sexual por lo que en el año 186 a.C. fueron prohibidas, aunque continuaron en forma secreta, sobre todo por el entusiasmo del elemento femenino. También, en el norte de la península, las damas etruscas eran pródigas en el consumo del vino y no era raro ver a los sirvientes llevarlas a sus casas cargadas, en calidad de fardos.

 

Todo se presta en Italia para tomar vino: la belleza del paisaje, el clima templado, la simpática alegría de sus pobladores….Mientras que en otros países existen regiones específicas para el cultivo de la vid, en Italia, en todas y cada una de sus regiones existe este cultivo, aunque pudiera llamarse “promiscuo” en el sentido de que, en sus viñedos, mezclan otros tipos de cultivos (maíz, verduras) y no exclusivamente la vid. Con frecuencia se utilizan emparrados para su cultivo y hay que utilizar escaleras para llevar a cabo la recolección de la uva.

 

Como hasta la mitad del siglo XIX no existía Italia como nación, sino que había una serie de principados, ducados y ciudades-estado, los métodos para sembrar la vid y hacer vino eran variados y propios de cada región. Así que no es de extrañarse que después del “Resorgimento” quedaran estas mismas costumbres y que aún ahora existan maneras diferentes de cultivo y vinificación en las diversas provincias italianas.

 

A pesar de que Nápoles es la tierra de la belleza y las canciones – O’ belo paese d’o sole- los vinos de esta región y de todo el sur de Italia, fuera de algunas excepciones como el Taurasi, el Greco di Tufo y otros, no tienen la calidad y personalidad de los grandes vinos del norte. Sicilia, sin embargo, está produciendo muy buenos vinos.

 

En el PIAMONTE encontramos uno de los vinos espumosos más populares en el mundo, de cepa moscatel, hecho en la población de Asti: el Asti Spumante. Cerca de ese lugar, en Turín, se fabrican los vermouths, que son vinos con mezcla de hierbas, muy apreciados como aperitivos. La niebla espesa que habitualmente cubre las colinas del Piamonte le ha dado nombre a la uva noble de la región, la Nebbiolo (de niebla), responsable de los mejores tintos piamonteses como el robusto Barolo que pasa años en barrica y tiene una larga vida, un vino de mucho cuerpo y sabor intenso, para acompañar carnes de caza y platos con sabores concentrados; el Barbaresco, de la misma uva, de menos cuerpo pero con mayor fragancia y finura y otros más. Estos vinos en la actualidad están hechos para beberse jóvenes y ya no tienen las características de los de antes. De menor calidad la uva Barbera también produce vinos interesantes como el Barbera de Asti o el Barbera de Alba, más ligero y afrutado que los anteriores. El Freisa y el Gattinara son tintos que valen la pena.

 

En la región del VÉNETO, cerca de la ciudad de Verona, famosa por los amores de Romeo y Julieta, se encuentran vinos blancos y tintos, que son ampliamente conocidos. El Soave, uno de los mejores vinos blancos de Italia, es fresco y agradable en su juventud. Entre los tintos, el Bardolino y el Valpolicella, se elaboran con mezcla de uvas locales como la Corvina, la Molinara y la Rondinella que les otorgan sabores de cereza y almendra. El Amarone de la Valpolicella es uno de los grandes vinos tintos italianos.

 

En la zona vecina del TRENTINO-ALTO-ADIGE, una región alpina, se van a encontrar muy buenos vinos blancos, frescos y aromáticos, muchas veces con “aguja” o picor, esa sensación tan agradable que nos habla de un vino recién embotellado y aún con restos de fermentación activa. Las uvas de esta región, por un tiempo perteneciente a Austria, son las mismas que se cultivan en dicho país y sus vinos llevan por nombre el de las uvas con que son hechos: así tenemos los vinos Riesling, Traminer, Pinot Blanco y Pinot Grigio, este último originario de vinos quietos y vinos espumosos. El Prosecco de Valdobbiadene o de Conegliano es un espumoso que está de moda no sólo en Italia si no en muchos otros lugares, como Estados Unidos y México.

 

La otra región, quizá la de mayor fama actualmente, es la TOSCANA en donde se cultiva la variedad Sangiovese, que junto con la Canaiolo y dos uvas blancas, la Trebbiano y la Malvasía, dan origen al vino más conocido de Italia, muy fácil de identificar por la forma de su botella forrada con paja: el Chianti. Es un vino ligero y ácido, ideal para acompañar a la pasta y a la pizza. El mejor de los Chianti viene de la parte central de la zona de cultivo de la Sangiovese y se llama Chianti Classico; este vino utiliza la botella bordelesa y ha logrado su calidad por un mejor suelo y una crianza cuidadosa y prolongada. Si es usted exigente y desea lo mejor de esta cepa, adquiera una botella de Brunello de Montalcino o de Vino Nóbile de Montepulciano (no confundir con el Montepulciano de Abruzzo) que son vinos de color oscuro y buena estructura. En la actualidad la región Maremma Toscana se ha labrado un buen nombre como productora de vino.

 

Cerca de Siena se encuentra la antigua población amurallada de San Gimignano. Sus altas torres medievales nos recuerdan la riqueza de sus habitantes en el tiempo de la lucha que protagonizaron los Güelfos y los Gibelinos. En este lugar se cultiva una uva blanca que produce un vino de color amarillo paja, con sabor a limón y a nuez, que se llama Vernaccia de San Gimignano.

 

La modernización de los viñedos ha llegado a las zonas costeras, en las que el vino no ocupaba mas que un lugar modesto. En la actualidad de la zona de Bolgheri proceden dos de los vinos llamados supertoscanos” : el Sassicaia y el Ornellaia. El primero de estos vinos de excelencia fue el Tignanello, elaborado en la bodega del Marqués de Antinori con Sangiovese y Cabernet sauvignon. Estos vinos no tienen el DOC por emplear uvas extranjeras y se venden simplemente como vinos de tavola, o IGC aunque son los vinos que le han dado fama a Italia en el ámbito internacional.

Italia, la tierra del vino

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